Jose Mari Agirre Egaña nació en Zarautz en 1896. Aunque pasó su infancia allí, casi toda su vida transcurrió en Tolosa. Debido a un traslado laboral de su padre, toda la familia tuvo que trasladarse a Tolosa, cuando él tenía alrededor de diez años. Finalizó los estudios de bachillerato en el colegio de los Escolapios de esa localidad.
En 1913, cuando tenía diecisiete años, falleció su padre, y por ello debió empezar a trabajar, al ser el mayor de seis hermanos. Sin embargo, no por ello abandonó su deseo, manifestado desde la infnacia, de estudiar abogacía, y cursó estudios de Derecho, como alumno libre, en la Universidad Central de Madrid, consiguiendo el título en 1917..
Su primer trabajo lo consiguió en el Banco de Tolosa, como auxiliar, pero en 1923 le propusieron el cargo de gerente en Perot, una empresa de Tolosa, y hasta su muerte desempeñó esas labores en esa empresa de redes metálicas.
En 1923, gracias a la seguridad proporcionada por el nuevo puesto de trabajo, se casó con Pakita Izagirre, a la que había conocido en sus visitas a Zarautz, y tuvieron cuatro hijos fruto de su amor.
Falleció joven, en 1933, cuando tenía 36 años, víctima de una enfermedad incurable en aquel entonces.
En 1923 la dictadura de Primo de Rivera hizo callar al movimiento abertzale que estaba en candelero en Euskal Herria, pero en 1927, en la época que se denominó la dictablanda, se reanimó el proyecto abertzale, prueba de lo cual surgió la asociación Euskaltzaleak en Arrasate ese mismo año. En aquella época dio a conocer José María Agirre su pluma con el alias de Xabier Lizardi, y tuvo gran importancia su liderazgo en el proceso de constitución de la sociedad Euskaltzaleak. Entre los años 1928-1930 fue su presidente y marcó las líneas maestras de la actividad de la sociedad en esa época: Euskal Egunkaria, Kirikiño Saria, Aur Egunak, Ikastolak, Errenteriako Olerti Eguna,...
Junto con sus actividades culturales, también se comprometió en la arena política, siendo secretario del Gipuzko Buru Batzar del PNV, en la época del primer Aberri Eguna de 1932 y del Estatuto de Estella.
Xabier Lizardi trabajó diferentes campos de la literatura: poesía, teatro y periodismo. Pero de entre ellos el que mayor fama le proporcionó fue, sin duda, la poesía, pues todos los críticos manifiestan unánimemente que su obra poética es la cumbre de la lírica vasca moderna..
Lo mejor de esa obra poética está recogido en Biotz-begietan (1932) y, tras su muerte, la sociedad Euskaltzaleak publicó Umezurtz Olerkiak, en el que se recogían los poemas escritos tras la publicación del libro anterior..
La temática de los poemas de Lizardi gira en torno al ser, la vida y la muerte, la patria, el euskera y la tradición vasca. En lo que se refiere al estilo, está caracterizado por una expresión compacta y elegante, su modernidad y originalidad destacaban claramente entre sus coetáneos.
Entre su producción teatral, se conocen tres obras publicadas: Laño ta izar, escenificación poética de un cuento infantil. Segundo, Bi aizpak, la adaptación al euskera de una comedia francesa. La tercera, Ezkondu ezin zitekeen mutilla, es una comedia costumbrista, en la que critica tradiciones sociales, basándose en anécdotas de su propia vida.
Fue periodista, de hecho, fue el género que hizo famoso su nombre literario; sus numerosos artículos periodísticos fueron la expresión más directa de su incansable actividad en temas culturales, literarios o políticos.
De entre sus más de cien artículos de los años 1927 al 1933 se hizo una selección que la sociedad Euskaltzaleak publicó en 1934 bajo el título de Itz-Lauz. Gracias a este libro, y a la recopilación completa más recientemente editada,.se puede conocer la amplia temática de sus artículos en euskera y castellano: euskal egunkaria, ikastolak, cultura y literatura vascas, polémicas y críticas literarias.
Son destacables la elegancia, corrección e ironía del estílo de sus obras periodísticas. Se pueden apreciar los registros bien perfilados de la prosa de Lizardi. Sabía ajustarlos a sus deseso, a veces con una prosa culta, elegante, elaborada, otras veces, en cambio, con el lenguaje sencillo, directo y vigoroso del lenguaje hablado de todos los días.
LURDES OTAEGI